El DNA del Niño Antiguo retrocede la línea del tiempo para la divergencia humana

Cada vez es mayor el consenso entre los científicos de que muchos de los fósiles encontrados en varias partes de África que datan de hace 200 000 años son aquellos del antiguo Homo sapiens, precursores de la humanidad moderna anatómicamente. También comúnmente es aceptado ahora que el cráneo de Florisbad de los Mediados de la Edad de Piedra encontrado en Sudáfrica y que data por la resonancia de espín electrónico entre 294 000 y 224 000 años atrás, aunque previamente nombrado como Homo helmei debido a la forma amplia de la bóveda craneal, es de hecho el antiguo Homo sapiens. Ahora, las pruebas recientes del ADN sobre los restos fósiles de un antiguo macho adulto hallado cerca de la Bahía Balito en KwaZulu Natal, Sudáfrica, desplaza la línea de tiempo del momento de la aparición del Homo sapiens en África a más atrás de 260 000 a

En un reciente artículo publicado en línea por Science y titulado, Ancient genomes from southern Africa pushes modern human divergence beyond 260,000 years ago, C. Schlebusch y otros afirman que los datos arqueológicos, fósiles y genéticos consistentemente muestran que las huellas más antiguas de humanos modernos anatómicamente se encuentran en el África subsahariana, con Sudáfrica considerada como uno de los “lugares interesantes” para la evolución de nuestra especie. Utilizando varios métodos complementarios en su estudio para desarrollar un enfoque coalescente, Schlebusch y su equipo generaron y analizaron los datos de la secuencia del genoma de siete individuos antiguos encontrados en Sudáfrica para establecer cuándo el Homo sapiens se separó por primera vez de otras especies en África. En los métodos coalescentes, la genealogía de genes específicos se rastrea hacia atrás utilizando una estructura similar a un “árbol genealógico” para establecer un patrón de descendencia y establecer ancestros comunes. El modelo obtenido es una distribución de probabilidad aleatoria que puede ser analizada estadísticamente (pero no predecirse con precisión). Cuando los datos genéticos se consideran junto con los de otras áreas de estudio, incluidas las investigaciones en la arqueología, la paleoantropología y paleoambiental, el análisis estadístico puede aceptarse con mayor certidumbre.

 

Carina Schlebusch y su equipo analizaron el ADN de tres cazadores-recolectores sudafricanos de la Edad de Piedra (incluido el niño A de la Bahía Balito) cuyas características genéticas se relacionan con los actuales habitantes del sur de San, y cuatro agricultores de la Edad de Hierro cuyas firmas genéticas están relacionadas con los actuales individuos que hablan el lenguaje Bantú. Los datos de otros estudios recientes realizados por Pontus Skoglund de Harvard indican que los humanos de la Edad de Piedra viajaron por África e incluso se cruzaron. El análisis de las firmas genéticas de los cazadores-recolectores de los mediados de la Edad de Piedra de África Oriental y Sudáfrica muestra un ancestro común, no influido por la migración posterior de los agricultores de África occidental. El ADN del niño cazador-recolector de la Edad de Piedra hallado cerca de la Bahía Balito no fue afectado por ninguno de los pastores de África oriental migrantes, agricultores de África Occidental o inmigrantes Eurasiáticos del sur de África, y así proporcionó un buen punto de referencia para establecer cuándo ocurrió la divergencia mediante la comparación del ADN de los humanos modernos y de los Neandertales y Denisovanos de la Edad de Piedra. Las conclusiones del equipo de Schlebusch indican que la división más profunda entre los humanos modernos ocurrió hace 260 000 años, lo que implica que H. sapiens emergió por primera vez en África hace más de 260 000 años, con probabilidades estadísticas indicando que estaba más cerca de los 350 000 años atrás.

 

Al considerar la evidencia de las fechas anteriores para la aparición del Homo sapiens en el sur de África, surgen preguntas interesantes acerca de sus posibles interacciones con las otras especies Homo que existían en Sudáfrica en ese período, tal como el recientemente identificado Homo naledi. Existe una creciente evidencia de que se traslaparon y que bien pudieron haber interactuado entre sí. La investigación genética ha demostrado, por ejemplo, que los primeros Homo sapiens se aparearon con Homo neanderthalensis y que el ADN de la mayoría de los humanos modernos demuestra un porcentaje de influencia de los Neandertales. Sin embargo, aún no se han establecido las interacciones del antiguo Homo sapiens con otras especies de Homo y sus influencias entre sí.

Las Claves de Enoc® nos dice que hubo muchos ciclos de existencia humana sobre este planeta anteriores a las que han justificado los científicos actuales y la investigación continua en las abundantes evidencias de fósiles en África esto para establecer que los ancestros de los seres humanos probablemente existieron mucho antes de lo que previamente hemos pensado, evolucionando y sobreviviendo a las otras especies Homo eventualmente para dominar este planeta.

 

  1. Schlebusch et al. Ancient genomes from southern Africa pushes modern human divergence beyond 260,000 years ago.

Science. Published online September 28, 2017. http://dx.doi.org/10.1101/145409

https://www.sciencenews.org/article/ancient-boys-dna-pushes-back-date-earliest-humans